Alhaurín: El rincón del estanco de la Plaza de San Sebastián convertido en lugar de reunión político-social

La Tertulia de Alhaurín

Un día quedé con Angel Doctor para tomar café en la Plaza de San Sebastián, en el cafeto que abrió las puertas no hace mucho en el local de al lado del estanco, con una terraza recoleta en la que agasajear cuerpo y alma. La vida se encara de otra manera tras un buen pitufo de atún o medio mollete con aceite de oliva. "Te aconsejo este rincón -me había indicado Angel- porque por aquí desfila la mitad del pueblo. Ya lo verás".
Y lo ví. En el estanco se organizan unas colas de lo más variopintas. Jóvenes, menos jóvenes, chicas y mayoras, ricos y tiesos, listos y torpes. Y todos ellos a la llamada del tabaco. Terrible llamada hacia el enfisema y el cáncer. Un cáncer de garganta o de pulmón comprado a plazos a lo largo de los años, como si de una hipoteca hacia la muerte se tratara. Allí me dí cuanta de lo que me había librado hace diez años cuando dejé de chutarme tres paquetes de Ducados todos los días en vena. Ahora huelo mejor, saboreo mucho más, y respiro. Sobre todo, respiro. ¡Y con lo que me he ahorrado me compré un chalé en El Lagar...!. Viendo lo ojos de los que van a comprar la ración de nicotina del día te das cuenta de que aquello es una droga dura que te engancha desde la legalidad. Pero bueno, no seré yo quien reproche a nadie su afición al tabaco, del que no me molesta ni el humo. Que hay mucho talibán anti todo por ahí, todo porque ya se fumó su ración en menos tiempo que los demás y se lo quitaron de golpe.
Allí sentados en la terracita de la Plaza de San Sebastián estábamos Ángel y yo, Doctor como siempre doctoreando (haciendo de Doctor), sacándose conejos de la vasta chistera de sus recuerdos (tiene recuerdos para todo y para todos), cuando comenzaron a adosarse cual chalés en nuevo barrrio alhaurino, una serie de personajes de todo pelaje social y político. Por el rincón han pasado, y algunos han repetido varias veces, don Luís Bravo (sí, don Luís fundacional, pásmense), don Ramón Guanter Bruixola (sí, aquel que dijo que el blog era inpresentable y otras lindezas) con su señora Teresa, don Manolo Leiva (ex sabio de Joaquín Villanova), don Roque Manchado (ex látigo del PP en el Pleno), don Antonio Martín ( tapadillo de UPyD), don Antonio Barba (ex de ERES), doña Patricia Nogués (ex UPyD y salsita de todos los saraos)... ¡Un revuelto de lo más curioso!.
Unos van y otros vienen. Los que se van corren el riesgo y lo consiguen casi siempre, de convertirse en el centro de todas las críticas de los que se quedan. Tras el beso ó besamanos de la despedida, todos sacan sus mejores dagas y las afilan con caras sonrientes y ojos picarones, porque el despelleje está servido. Eso sí, si te vas evitas pagar la cuenta. Cuanta muy pequeña porque a cafés de poco más de un euro, mucho no puede subir.
Esta reunión, que no se hace todos los días, lleva camino de institucionalizarse. No tiene horario fijo, ni día concreto. Allí se sienta alguien y los adosados van haciendo tertulia. Todos los días desgranamos sin temario lo más sobresaliente de la política y la sociedad alhaurina. Los más viejos nos ilustran sobre cómo era Alhaurín de la Torre antes de la invasión de los urbanitas, y los más nuevos nos informan de las nuevas tendencias de la moda y las Nuevas Generaciones de jóvenes alhaurinos. No nos aburrimos nunca. Y nunca nos sacamos los trapos sucios, que allí cada uno es de su padre y de su madre y quien más quien menos se ha metido alguna vez en el charco del de al lado. No es hermanamiento ni camaradería. Ni siquiera pelotilleo. Creo que es únicamente... respeto.
Y si algo se intercomunica en este rincón es información. Todos los días sin excepción se pueden sacar dos o tres exclusivas, puestas sobre la mesa al lado del café con toda naturalidad por los mismos personajes que las protagonizan. La Tertulia es una fuente inagotable de chascarrillos y futuribles. Es, al fín, una gozada informativa.
¿Cómo eres capaz de sentarte con alguna de esa gente que te han tirado como un trapo en algunas ocasiones?. Es una pregunta que me hacen a veces. Y la respuesta es sencilla: Porque ante todo me siento informador. La verdad es que en las últimas semanas informo poco, lo siento por el blog. Pero es que el blog fluctúa según mi estado anímico, mi estado físico y mi estado emocional. A los que trabajamos con las palabras nos pasa mucho. Cuanto peor estás, mejor escribes. La escritura desde la tristeza es más rica que desde la felicidad. Que se lo digan a los poetas si no. El blog ha tenido épocas buenas, algunas gloriosas. Era porque yo estaba hecho polvo y me servía de terapia. Ahora gozo de una salud "de hierro" (gracias a la máquina y a los chutes férricos que me meten) y mentalmente no puedo estar mejor. Y ello se nota en el blog, menos incisivo que hace unos meses.
Por otra parte, la sensación que da el que determinados temas importantes les importen tres c..... a la mayoría del pueblo, me hace pensar que quizás no merezca la pena molestarse en tratarlos. Tabico, la Fundación, los trabajadores del ayuntamiento presuntamente fraudulentos, las denuncias contra Joaquín... ¡puf!, a la gente no sólo se la suda sino que van a dar al alcalde y al PP (mi partido no lo olvidemos) una nueva mayoría holgada. Así que es mejor leer el periódico en la Plaza de San Sebastián, invirtiendo el tiempo en saborear una buena conversación alrededor de un cafelito caliente, que encerrarse en tu despacho horas y horas a escribir sesudos reportajes investigativos que casi nadie parece valorar.
El pueblo tiene lo que quiere y hay que dárselo, ya sea Belén Esteban, que arrasa, o Joaquín Villanova, que también arrasa.
Así que, desde la Tertulia, un cordial saludo a todos. Si decae el blog, tomároslo como una buena señal: Juan Carlos está... ¡gozando de la vida!. Un abrazo.

Nota: Mi memoria es débil y se me habían olvidado, que corte, dos tertulianos que estuvieron también en la mesa a lo largo de los varios días que he estado tallí desayunando: Javier de Molina y Francisco Pérez Ríos. Un abrazo a ambos.