Tenemos la denuncia que puso la activista Aminatu Haidar contra todo lo que se movía en Marruecos y en España

"España me lleva a la muerte" dice con un aspecto estupendo después de 22 días de huelga de hambre

La activista Aminatu Haidar, en huelga de hambre en el aeropuerto de Tenerife desde hace 22 días, está poniendo en un brete al Gobierno de Zapatero, que ya no sabe qué hacer con ella después de ofrecerle todo tipo de soluciones, hasta la nacionalidad española, que ella ha declinado cabezuda. Hay quien piensa que la huelga de hambre no es verdadera y la comparan con aquella de de Juana Chaos, el asesino, la llamada "huelga de la mortadela", por los bocatas mortadelosos que se metía el hijoputa entre revoltijo y revoltijo con su novia en la cama. Mal aspecto no tiene AminatuHaidar, véase la foto del domingo, después de 22 días de no comer nada. Admiro a esta mujer. Henchida de gozo por el premio que le dieron en las américas, llega a su tierra y arma el pollo diciendo que no es marroquí, con razón ó sin ella. Los marroquíes le quitan el pasaporte y la embarcan en un vuelo rumbo a Lanzarote. Y en Lanzarote, en lugar de tratarla como al resto de los inmigrantes ilegales, uséase, mandándola de nuevo a Marruecos, la dejan entrar sin papeles y le permiten armar un cipitoste en el aeropuerto que se convierte en un problema "del mundo mundial", que diría don Felipe. Consigue que se pringuen las autoridades españolas desde el policía de base hasta el presidente del gobierno, como si no tuviéramos más problemas en España que el que una señora sin papeles deje de comer porque le da la gana y que se vaya a morir por decisión propia. Se le ha puesto hasta un avión medicalizado para que nuestros amigos los moros fascistas del vecino país acaben riéndose de nosotros, demostrando que si lo de Perejil hubiera sucedido con Zapatero, se lo hubiéramos dado de inmediato para que el susodicho rey fascista perejileara al pueblo español antes de meterlo al horno y comérselo con patatas en nombre de Alá.
No me gusta esa señora con tan buen aspecto después de 22 días de huelga de hambre. Y me gusta menos después de que los titiriteros de la ceja se hayan puesto a su lado pero no se echaran a la calle cuando la ministra Chacón anunció que iba a mandar centenares de soldados a Afganistán para ayudar a su "reconstrucción". Y la culpa de su muerte nos la quiere cargar a todos los españoles "España me lleva a la muerte", dice, y se queda tan tranquila. Debemos estar locos. No ella, sino nosotros.
No me gusta esa señora. Y como estoy por la libertad del individuo llevada a sus extremos cuando la libertad personal de uno mismo no interfiere en la libertad del otro, creo que si ella ha decidido morir de hambre, pues habría que respetarle es decisión y dejar que no coma bajo el riesgo asumido de muerte propia. ¿Por qué hay que alimentarla a la fuerza?. Si quiere morirse, que se muera. Es su decisión. Lo que no puede hacer es chantajear a todo un país con su salud. Un país al que la verdad tiene tantos problemas que el caso de esta señora parece "hinchado", a posta, para desviar la atención de los verdaderos temas que preocupan a la gente de la calle: el paro, las necesidades familiares, la crisis...
La culpa es, repito, de la Policía por dejarla entrar en el país y de los políticos y su política errática en asuntos de Exteriores. Si nos la dan con queso cuatro piratas andrajosos somalíes ¿No nos la va a dar una inmigrante ilegal en ¿huelga de hambre?.
Si quieren tener las ideas claras antes de opinar, de cómo entró esta señora en España, les dejo la denuncia, larga y concisa, que puso en la Comisaría de Policía del Aeropuerto de Lanzarote. En ella pone a caer de un burro a las autoridades marroquíes primero, para después arremeter contra el comandante del avión que la trajo a España, la Guardia Civil de la frontera que la dejó entrar en territorio español, la Policía Nacional, autoridades políticas... todo lo que se mueve a su alrededor, solicitando la presencia nada más y nada menos que del Secretario General de la ONU.
Demasiado para el cuerpo.