Una porquería de candado, puesto por el ayuntamiento, frena la fiesta en honor de San Juan en la piscina de El Lagar

Comuneros: entre la decepción, la impotencia
y la guasa... "por ahora"

No pudo ser. Un grupo de comuneros de El Lagar que están en contra de la "recepción" de la urbanización por parte del ayuntamiento han intentado esta noche de San Juan hacer una fiesta en lo que ellos considera SU piscina. Y allí han acudido a la hora fijada, las nueve de la noche, con sus niños, sus perros, su sillas, sus mesas, su comida y su bebida. Sólo faltaban las hormigas típicas de un día de campo. Pero se han llevado una decepción: la puerta de la piscina estaba cerrada y amarrada con una cadena y un candado. Sí, una porquería de candado, pero un candado al fin y al cabo. Y ante esa traba, puesta por operarios del ayuntamiento supuestamente, tenían dos opciones: ó cargárselo y entrar tipo "Fuenteovejuna", todos a una, ó sentarse fuera del recinto encadenado de una forma pacífica, aunque sólo sea "por esta vez". La asamblea ha estado reñida. "Esta es nuestra piscina, esta es nuestra casa", decían los partidarios de dar buena cuenta de la porquería de candado. "Pero entonces nos ponemos a su altura, no podemos caer tan bajo", defendían los más pacíficos, sin atreverse nadie a dar el primer paso. Los niños jugaban a su bola y los perros corrían por el césped... como el tiempo, que se iba volando mientras el sol caía y nadie se ponía de acuerdo en nada.
Al final ganó el ala pacífica "por esta vez" y no se tocó la porquería de candado. Un señor extranjero con mucha sorna hizo como que lo serraba con una navaja multiusos, broma que todos rieron. Pero nadie se atrevió a tocar... la porquería de candado. Allí había unas venticinco personas, que creían que aquello era suyo, pero que tenían en tan gran concepto la vergüenza y la legalidad, que ante una mínima duda de que quitar aquel candado, aquella porquería de candado, podría acarrar consecuencias legales inmersos en un tema judicial como están, desistieron de hacer nada y se dispusieron a cenar tan tranquilos en el jardín frente a la piscina. "Esto es una posición que va a ser vista como una debilidad y que admitimos que la piscina no es nuestra" dijo una voz discrepante. Pero cada cual estaba dando cuenta de su tortilla, las gambas, una enorme empanadilla, la cervecita... Todos decían que tranquilos. "Tranquilos... ¡Por ahora!. Que habrá tiempo de todo y todo llegará".










Finalmente el presidente Miguel Antonio Domínguez Yerga explicó a los presentes los últimos pasos legales dados, a saber: al alcalde se le ha solicitado que paralice el procedimiento administrativo de recepción mientras no se resuelva la cuestión judicial previa de la impugnación e indique a Aqualauro que deje de cambiar contadores y de amenazar a los comuneros díscolos con cortarles el agua.. petición que Aqualauro también ha recibido en otro escrito del abogado de la nueva Junta. En un tercer escrito, dirigido ayer martes al Patronato de Recaudación, se le explica la situación judicializada de la "cesión" y se le solicita a su vez que se abstenga de emitir recibo alguno relativo a la comunidad de El Lagar mientras no se resuelva la cuestión judicial que con carácter previo se ha planteado en los Tribunales. Nota: Para agrandar fotos y documentos pinchar sobre ellos.











La juerga ha durado lo que ha durado la tortilla y las gambas cocidas. Esta vez un candado, una porquería de candado, ha podido con los aguerridos comuneros que, prudentemente (demasiado para algunos) han preferido brindar con la estupenda puesta de sol como telón de fondo.
No sé por qué me ha venido a la cabeza la cita de Edmund Burke que dice: “Lo único que se necesita el mal para triunfar, es que los hombres buenos no hagan... nada”.