El falso senderista perdido que con su llamada movilizó hombres y helicópteros, utilizó una tarjeta a nombre de Manuel Guerado Zorrilla

Manuel Guerado: "Me la robaron de la mesa del despacho en las antiguas oficinas de Protección Civil..."

La historia es rocambolesca: el pasado 5 de noviembre, jueves, hacia las diez de la noche, una persona aparentemente angustiada llamó al número de emergencias 112 y avisó de que estaba perdido por la zona de Jarapalos. Tenía al parecer los brazos heridos y decía estar desorientado. Cuando le solicitaron datos más precisos se cortó la llamada y todos los intentos de contactar con él de nuevo fueron vanos. El 112 avisó a la Guardia Civil, a la Policía Local y a Protección Civil que esa misma noche se pusieron manos a la obra con decenas de efectivos. Al día siguiente viernes se sumaron a la búsqueda docenas de personas, incluidos voluntarios, además de material rodado, servicio de perros y hasta dos helicópteros que barrieron la zona sin encontrar rastro alguno. El sábado se continuó la búsqueda y sólo por la tarde se procedió a desmantelar el dispositivo de búsqueda, llegándose a una conclusión contundente: había sido UNA FALSA ALARMA, una broma ó una gamberrada. Lo asombroso llegó cuando la Guardia Civil mediante el correpondiente auto judicial investigó el origen de la llamada y averiguó que se había realizado a través de una tarjeta telefónica prepago que había sido adquirida a nombre de Manuel Guerado Zorrilla, a la sazón actual Jefe de Protección Civil de Alhaurín de la Torre...

Cuando el 112 avisó a la Policía Local de Alhaurín de la Torre y a Protección Civil, rápidamente se pusieron en contacto con la Guardia Civil, quien, por orden expresa de la Subdelegación del Gobierno, antes llamado Gobierno Civil, se pusieron a rastrear la zona con efectivos humanos y vehículos terrestres.
"Debe ser un senderista inexperto -dijo alguien del equipo rastreador- porque a nadie se le ocurre salir ya anochecido y meterse por la sierra sin conocerla. Además, todos los caminos acaban saliendo a una población ú otra a ambos lados de la Sierra. Algo no cuadra aquí". Pero a pesar de que algo no cuadraba (el comunicante había dicho que salió a andar "a las siete de la tarde y se le hizo la noche en el camino", y eso era raro porque a las siete de la tarde en esa fecha ya había caído la noche) el operativo buscó al senderista por la montaña en la zona del Tiro Pichón recorriendo todos los caminos con sus vehículos provistos de potentes focos y sirenas para llamar la atención del perdido. Pero allí no había ni rastro del paseante. A las tres de la madrugada, exahustos, se retiraron todos a descansar.
Al día siguiente viernes se sumaron a la búsqueda docenas de efectivos humanos de las Fuerzas de Seguridad y Protección Civil, equipos de perros rastreadores, miembros del Grupo de Rescate GREA... todo un espectacular dispositivo al que se unieron también un helicóptero de la Guardia Civil y otro de Protección Civil. Palmo a palmo "peinaron" la zona de Jarapalos pero allí no encontraban nada. La búsqueda fué seguida por la prensa, en particular por las cámaras de Telecinco, pero entre los investigadores se fueron abriendo poco poco a poco otras hipótesis diferentes a la de la pura desaparición del supuesto senderista. Los investigadores se dieron cuenta pronto de algunos detalles significativos: que no había ningún vehículo aparcado en los alrededores en el que el senderista hubiera llegado a la zona desde donde empezó a andar y que no se había puesto todavía ninguna denuncia de desaparición... A pesar de todo e inexplicablemente, el sábado se continuó con la búsqueda por orden de la Subdelegación del Gobierno en contra de la opinión de algunos rastreadores que daban la falsa alarma como hipótesis de trabajo más segura. Muchos vieron en ello una mediatización de la búsqueda y un miedo a la prensa de parte de las autoridades políticas de quienes dependía el operativo, no queriendo desmontarlo a pesar de tener casi la certeza de que la llamada había sido un completo engaño. El grupo de investigación de la Guardia Civil solicitó mediante oficio un mandamiento judicial para localizar a la persona a cuyo nombre estaba la tarjeta del móvil desde el que se realizó la llamada. Aquí no hay SITEL que valga. Eso es de películas de americanos y de supuestos espionajes políticos.
Y cuando al fin localizaron el dueño de la tarjeta, la sorpresa fué mayúscula: había sido adquirida por el actual Jefe de Protección Civil de Alhaurín de la Torre Manuel Guerado Zorrilla. Pero... ¿Qué hacía Manuel Guerado metido en este embolado?. ¿Por qué no se desmontó el dispositivo de búsqueda cuando se llegó prácticamente a la conclusión de que era falsa la llamada?. Recúerdese la teoría del miedo a la Prensa. Nadie le quería poner el cascabel al gato. "¿Y si fuera verdad?".
Al mediodía del sábado la Policía Judicial de la Guardia Civil llamó para que se acercara al Cuartel de Alhaurín de la Torre al Jefe de Protección Civil. El mismo que había estado rastreando la zona de búsqueda con los demás miembros de su Unidad. Y allí le interrogaron sobre la tarjeta y la llamada. Era increíble. ¡Qué casualidad!. De entre 35.000 laurinos y parte del extranjero, tienen que hacer una llamada desde el móvil de Guerado. Dicho con propiedad, desde un móvil que tenía introducida la tarjeta adquirida por Manuel Guerado Zorrilla.
Y era tan increíble que yo mismo he llamado esta mañana de martes a Manuel Guerado y se lo he preguntado personalmente. Sí. ¡Guerado y yo hablando!. El tema merecía la pena. No podía meter la pata en algo tan delicado.
"Básicamente -me dice Guerado- te puedo contar lo que ha salido ya publicado, Juan Carlos. Como dato novedoso, te puedo decir que los periodistas bombardearon a Joaquín telefónicamente y le preguntaban: ¿Qué tal te llevas con la Subdelegación del Gobierno?... ¡Porque por ahí va el tema!. (para el que esto escribe esto último es un misterio muy "misterioso"). Yo estuve buscando -sigue Guerado- al supuesto senderista con mis compañeros, con los coches, las luces y hasta las sirenas. No encontramos nada. Ya el viernes comentamos de lo raro que era. Pero seguimos buscando el sábado. A mí la Guardia Civil me llamó al mediodía del sábado para que fuera al cuartel y me preguntaron si tenía a alguien que me quisiera mover la silla. Yo les contesté que acabaríamos antes si yo les dijera los que NO me la quieren mover... Al parecer la llamada se había hecho con una tarjeta que estaba a mi nombre. Mi expliación es sencilla: Yo tenía dos móviles, un Nokia corporativo y el mío que es de Vodafone, pero se me rompió el corporativo y fuí a pedir otro de repuesto en el Ayuntamiento, a lo que me dijeron que no procedía. Por ello me acerqué al Opencor del pueblo y me compré un pack de Motorola pre-pago con tarjeta nueva identificándome como es preceptivo. Para conservar mi número de teléfono corporativo, metí mi tarjeta vieja en el nuevo teléfono y guardé la tarjeta nueva, sin usar ni una sola vez, dentro de la caja del teléfono y las guardé en un cajón de mi mesa en las antiguas dependencias de Protección Civil. Allí quedó la caja y la tarjeta con el saldo inicial y todo. No la estrené. Y no supe nada de ellas ni las eché en falta hasta que el sábado me llamó la Guardia Civil diciendo que se había utilizado para realizar la falsa llamada..."
Manuel Guerado no sale de su asombro. Y aunque se le hizo pensar en la posibilidad de fuera una venganza hacia su persona, Guerado lo desmiente: "Para que haya una venganza tiene que haber una acción inicial por parte de mi persona contra el que realiza la venganza. Yo creo que más que una venganza es más bien una putada hecha por alguien con mi tarjeta. Sería absurdo y una chorrada que yo hubiera hecho la llamada falsa con una tarjeta comprada en el Opencor donde tuve que identificarme el día de la compra. Pero claro, por otra parte el que ha llamado tuvo que sacar la tarjeta de las dependencias de Protección Civil,. Y por esas fechas este verano, con las antiguas dependencias todavía, había rondando por ahí más de cuarenta llaves. Me cuesta pensar que gente muy conocida, compañeros de todos los días ¡puedan hacerme esa putada!. Pero, teóricamente tuvo que ser un compañero. Eso está claro".
Terrible conclusión a la que ha llegado Manuel Guerado, que indicó en una reunión entre compañeros de su Unidad y un guardia civil de paisano ( dicho por uno de los asistentes a la misma) "que tenía sus sospechas centradas en dos ó tres compañeros de Protección Civil como posibles autores materiales del robo de la tarjeta y posiblemente también de la llamada".
"Juan Carlos -me dice Guerado- Te cuidado por favor con lo que publicas. En el 90% de los temas me pongo yo mismo en el punto de mira, pero en este no tengo yo la culpa. De verdad. Y no quisiera además que Protección Civil se viera salpicada por ningún escándalo..."
Difícil me lo pones, Manolo. La historia es tan peliculera que confirma ese dicho de que "la realidad supera con creces la ficción". Pero bueno, hasta aquí la explicación de primera mano y contrastada con el propio Guerado de lo que sucedió. Ahora sólo queda esperar a que la Guardia Civil termine su trabajo. Triangulando de la señal del teléfono con la tarjeta desde la que se realizó la llamada falsa, se podría determinar con bastante exactitud el lugar desde donde se hizo la misma... herramientas tienen los investigadores y creo que las utilizarán para seguir hasta el final con la investigación. Ciertas fuentes han hecho una valoración aproximada de los daños ocasionados por la llamada falsa, cuantificándolos en unos 15.000 euros. Mucho dinero para una broma. Incluso para una putada. Alguien deberá pagar por ello. La Guardia Civil no se casa con nadie ni se anda con chiquitas. Si yo fuera el autor de la rocambolesca llamada, estaría acojonado. ¡Verdad de la buena!.