Mañana lunes le operan del corazón de nuevo por cateterismo

Francisco Miguel, "en capilla"

No ha sido fácil hablar hoy domingo con Francisco Miguel. El teléfono daba comunicando contínuamente. Cuando logro que se ponga a las diez de la noche, se encuentra ya más tranquilo en su habitación. A lo largo de toda la jornada ha tenido que bajar en más de una ocasión al hall del hospital para atender a todas las visitas, sobre todo porque a los niños no les dejan entrar en el centro sanitario. Esta semana ha sido una semana muy ajetreada. Ha tenido decenas de llamadas telefónicas y decenas de visitas. Pero lo bueno está por llegar... mañana por la mañana. A las ocho y diez le recogen en la habitación para bajarlo al quirófano, donde tiene la primera plaza del día: "Me acaban de poner una vía nueva para suero, que la vieja estaba un poco deteriorada. Estoy como en capilla. Me van a hacer un cateterismo, pero no me han dicho exactamente para qué. ¡No creo que me pongan otro muelle!. Tengo ya cinco: dos en la coronaria izquierda, dos en la coronaria derecha y uno en la aorta. Yo, para mí, que me van a poner un marcapasos, pero mañana lo veremos".
Físicamente se encuentra en perfecto estado. Si no le han hecho antes el cateterismo es porque el único riñón que tiene no le funcionaba correctamente. Unos días de tratamiento se lo han puesto como una seda y mañana lo meten pues en quirófano. Ya les contaré. Dice no estar nervioso ni tener miedo a nada: "Ni estoy nervioso ni tengo miedo. Me asustan más otras cosas. Por ponerte un ejemplo, que sufra un niño... eso sí que me asusta. Lo que me hagan mañana no". Bueno, es una ventaja importante para alguien que sufre del corazón. Una operación asusta a casi todos.
Como decía antes, ha recibido muchas llamadas y visitas durante toda la semana, hasta el punto que hoy se ha quedado, dato curioso, sin merienda por atenderlos en el hall. Gentes de la urbanización y de fuera de la urbanización. Familiares y amigos. Le han llamado de varios puntos de Málaga y hasta un amigo de Murcia "que lo había leído". Ayer estuvieron sus familiares de Motril...
Lo que no me ha dicho él, pero me he enterado de buena fuente, es que está luchando denodadamente contra el tabaco, en una batalla que por ahora la está ganando, aunque a fuerza ahorcan, se dice, porque no le dejan sólo ni un minuto. El "mono físico" le pone de los nervios, pero con mucho esfuerzo y días de hospital puede que lo pase. Después vendrá el "mono psicológico" ya más difícil y fuera de allí. Pero enfín, si yo mismo pude hacerlo (dejé de fumar tres paquetes de Ducados por día), Francico Miguel también podrá. Dice que al menos lo va a intentar. Ha estado ténicamente muerto en dos ocasiones en menos de media hora y le revivieron. ¿Habrá aprendido la lección?. Se supone que sí. Por ahora se está conformando con el huno de mentirijillas que echa el cigarro electrónico que le han regalado. Esperemos que no pase de ahí.
Me cuentan que la habitación le viene grande y que al ser una persona tan activa no puede parar en ella. Le agobia. Y eso que ha estado no una sino varias veces ingresado por su corazón roto. Está dándole vueltas a lo que piensa hacer en cuanto salga de allí, siempre relacionado por supuesto con sus luchas sociales y vecinales. No tiene remedio en eso.
Cuando he hablado con él esta noche, le he comentado que cómo se ha tomado todo este interés de los alhaurinos,y mucha gente de fuera, por su enfermedad. Dice que se ha sentido abrumado y que no sabe cómo se lo va a agradecer a todos: "Es que con sólo la palabra no se puede expresar exactamente el sentimiento de agradecimiento. El agradecimiento requiere contacto personal, una mirada, un abrazo... y tendría que ir agradeciendo, y lo haré, mirando y abrazando uno a uno, porque os lo merecéis. Uno se siente querido, muy querido. Y en momentos difíciles como el que estoy pasando, eso ayuda un montón. (se hace un silencio que dura unos segundos...). ¡Ya!, que no me quiero emocionar..."
Corto la conversación. No está para emociones fuertes. Mañana les contaré a ustedes el resultado de la operación. Una vez le hagan lo que le tengan que hacer... tiraremos de emociones.
Cuídate, majo. Efectivamente, hay mucha gente que te quiere.
Juan Carlos Sanz de Ayala