Fuí a la Finca El Portón el domingo a ver una exposición y a Jesús Caido, la figura donada por una cofradía de Ceuta. Allí me llevé una muy agradable sorpresa...

Marina Bravo, siempre ella misma

Cuando entramos este domingo día 6 de marzo en la nueva sala de exposiciones de la Finca El Portón, tema que trataremos otro día, unos ojos deslumbrantes asomaron tímidamente por encima del mostrador de la recepción. "Esos ojos me suenan", me dije enseguida. Pero no fué hasta que levantó la cabeza y se le vió la cara entera cuando me dí cuenta que quien se sentaba allí sola atendiendo a la gente era... Marina Bravo, concejala de Cultura y Medioambiente de Alhaurín de la Torre. Estaba sola, cosa que nos extrañó a Angel Doctor que me acompañaba y a mí. Preguntada Marina qué hacía la concejala en el lugar del trabajador o trabajadora municipal que debía cubrir ese puesto, nos comentó que esta persona había tenido un problema y que por no molestar a nadie por dos horas que quedaban se había ocupado ella de sustituirla... Debo reconocer que me gustó mucho el detalle de Marina. Eso le ocurre a otro concejal o concejala y tiran de teléfono hasta cubrir el puesto. Aunque faltaran diez minutos. Marina no. Marina se quedó allí...

Yo soy una persona que me gusta conocer a los demás no tanto por lo que me dicen de sí mismos, sino por los detalles que les veo con mis ojitos. Esos detalles, esos tonos, esos desplantes, esos favores... información pura y dura que te hacen fraguarte una idea más clara de tu interlocutor.

Recuerdo a Marina en el principio de esta legislatura, cuando llegué a decir de ella que "en una empresa privada no le dejarían hacer más que las fotocopias". Un poco duro, lo reconozco, pero es que entonces no se le conocían otros méritos que ser la hija de Luís Bravo, lo que para muchos era más bien un demérito. Incluso llegué a hacerle una larga entrevista, en su despacho de concejala, con Manuel López Mestanza de moderador. El tono fué muy cordial. Pero hubo dos o tres frases sobre las canteras que dichas en su boca debían ser los titulares de la entrevista. Pero eran frases demoledoras para ella, producto de su inexperiencia, con las que mi reportaje hubiera ganado bastante por incisivo, pero Marina hubiera quedado mal parada como concejala de Medioambiente. Opté por por no publicarlo con el correspondiente cabreo de su padre, que sólo supo las razones de silenciar la entrevista tres años después.

No voy a juzgar en este escrito la labor de Marina como concejala. Tiempo habrá otro día. Pero así como la he criticado en momentos puntuales cuando así me ha parecido que debía hacer, quiero romper una lanza a su favor por este detalle del sábado que por supuesto no era una pose para la prensa y por otros muchos detalles que la he observado en los últimos años. Quiero señalar que Marina Bravo siempre que me ha visto me ha sonreído y me ha dado un par de besos mientras quienes le acompañaban miraban a otro lado como si yo fuera un apestoso por el Blog. Marina ni en los peores tiempos en que me he metido con su padre y con ella misma, me ha negado el saludo. Chapó, que dirían los castizos. Marina tiene esa sencillez de la que carecen otros compañeros y compañeras del Consistorio que miran a su alrededor a veces por encima del hombro. Sencillez y elegancia personal, que hay que reseñar y que quiero distinguir. Alguien dirá que parece mentira que sea hija de su padre, conociendo a su padre. Por su belleza, sus ganas de trabajar y por ser una buena persona lo que se le nota en la mirada y en su candidez.

Bueno, pero ya está bien de tanto peloteo, no se llegue a acostumbrar. Cuando me dí cuenta quién era al entrar, le dije enseguida "¡ya tengo la foto del día!". A lo que ella contestó rápida: "¡No, la foto del día es Juan Carlos visitando a Jesús Caído... ".  Y era bien cierto.

Tienes una frase para cada momento, Marina. No sé si vas a ir de segunda en la lista, de quinta, de décima, no sé si te quedarás en el ayuntamiento o te llevarán a la Diputación. Pero allá donde estés, no cambies. Si cuatro años mandando no te han cambiado el carácter, llevas mucho ganado para seguir siendo tú misma siempre. Te deseo lo mejor.