sábado, 3 de octubre de 2009

Es usted un moscardón cojonero, don Francisco

Mi querido don Francisco, leo con asombro las opiniones de una persona que te pone a caldo de perejil criticándote que te dediques todos los días a recorrer el pueblo entero cámara en ristre y a publicar aquellas deficiencias que vas observando en tu camino. Se nota claramente que este señor al que no nombro para no darle publicidad no te conoce en absoluto. Bastaría que se diera una vuelta contigo, si tiene suficiente fuelle para seguirte, por carreteras, caminos, veredas, parajes, cuestas arriba y cuestas abajo, para darse cuenta de que como dijo aquel, si no hubiera un personaje como tú, deberían inventarlo. De tu pasado en la Benemérita pocos saben y conocen, porque no vas aireándolo. De tu lealtad con los amigos, pocos saben y conocen, porque tienes los justos y necesarios, elegidos además por tí. De tu abnegación en el trabajo, poco saben y conocen, porque llevas trabajando en silencio para el pueblo durante muchos años. Y digo trabajando para el pueblo, porque tus colaboraciones en Alhaurín.com, que te han dado con todo el mérito el apodo de "El señor de los Arroyos", serían como para recopilarlas en una guía de esas que edita el Ayuntamiento (ahora la Fundación) y convertirlo en libro de texto en las escuelas laurinas, a ver si los críos conocían de su pueblo algo más que el chiringuito de las chuches de su barriada. Porque muchos nos decimos laurinos y no tenemos ni puta idea de nuestro pueblo. Un pueblo que parece gris, sin flora, fauna ó vestigios históricos dignos de estudio, pero que tú nos los descubres y nos los presentas día a día, como a pinceladas, a veces a lo bestia, en tus escritos y fotografías. Porque lo mismo nos enseñas una planta rara, que una cabra rara, que un agujero raro refugio de la guerra, que un agujero raro peligro para los niños, que buceas en Google para ponernos en nuestras narices la legislación a aplicar en temas de candente actualidad.

La gente no sabe que te pateas todos los días del año Alhaurín de la Torre palmo a palmo y centímetro a centímetro y eres además el único que lo hace en todo el pueblo. Te conoces el nacimiento, discurrir y muerte de cada riachuelo, arroyo y vereda, dando fe de todos los que poco a poco van despareciendo por la acción depredadora del hombre, de nuestros abnegados constructores, empeñados como están en que el agua no tenga como antaño por dónde discurrir por su natural cauce. Y eres molesto por ello. No te casas con nadie, y eres molesto por ello. No te pliegas al poder comiéndole la boca y eres molesto por ello.Y al Poder le gustaría que no pateases sus predios, no levantases la alfombra de sus vergüenzas, no les recordases las Leyes y Decretos que deben cumplir que para eso les pagamos y que no lo hacen muchas veces . No, don Francisco, no les gusta. Es usted un tocapelotas, una mosca, más bien moscardón, cojonero, y eso no les gusta. Querrían aplastarle con un gran matamoscas que eliminase su humanidad. Pero ni pueden ni son capaces. Usted es terco y tira hacia adelante, erre que erre, contra viento y concejales, diciéndoles a la cara lo que van olvidando en los caminos porque están demasiado metidos en sus despachos, en comidas oficiales, entregándose medallas unos a otros, hermanándose con ciudades lejanas, en "comidas de hermandad" que hay que ver lo que comen nuestros políticos. Y eres molesto por ello.
Pero te digo una cosa, don Francisco: detrás de esa fachada dura, rocosa, esculpida de experiencias y conocimientos, se esconde, lo sé, un gran corazón. Porque no puede ser malo quien ama la naturaleza. No puede se malo quien se emociona y denuncia una rapaz muerta envenenada, no puede ser malo quien se empeña a diario en mejorar su pueblo, y no puede ser malo quien se rodea en sus andares de gente valiosa, de compañeros silenciosos que te siguen con la lengua fuera pero bebiendo de tu sabiduría por los senderos de nuestra Sierra.
Por todo lo dicho anteriormente, sigue con tus andares, don Francisco, y "no te metas en política", que dijo otro don Francisco tristemente ilustre, ni saltes a la mínima que un descerebrado te critica a tí y a tu magnífica actuación. Eres "Laurino del año" con total merecimiento y eso no te lo quita nadie. Las críticas, véalas pasar pero ni siquiera mírelas. Critica el que puede no el que quiere, que dice el dicho, diciéndolo en tu caso con toda sabiduría.
Bueno, correcaminos. No cambies. "No pares, sigue, sigue", como dice la canción. Eres un moscón cojonero, de los que no pican pero molestan. Sigue revoloteando. El pueblo llano te lo agradece. Y el montañoso también.
Y al que no le guste... ¡Que le zurzan!.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que equivocado estas Juan Carlos

Juan Carlos Sanz de Ayala dijo...

Perdona, en qué estoy equivocado?. ¿Has leído el texto entero?. Me parece que no y te estás equivocando, pues estoy haciendo una defensa a ultranza de esta gran hombre que es Francisco Pérez Ríos... Dime pues en qué me he equivocado. A no ser que no te guste Pérez Ríos, con lo que también podrías decirnos el porqué.