La Urbanización La Huertecilla, construida por una filial de PORSAN, se cae a cachos sin que nadie arregle nada

¡Tierra, trágame!

Las fotos son lo suficientemente elocuentes para darse cuenta del abandono institucional en el que se encuentra la barriada de La Huertecilla, cerca del centro de Alhaurín pero que parece estar a mil kilómetros de sus gobernantes: Como ejemplo, decir que hace cuatro día lograron, tras dos años de lucha, que les pusieran luz en las calles para no tener que pasear al perro a oscuras y no caerse en los enormes agujeros que el temporal ha abierto en el suelo. Agujeros que nadie arregla y que se te pueden comer con patatas como no vayas con cuidado.

Son siete casas construidas en los solares que los vecinos compraron por ocho millones de pesetas más el IVA a "La Alegría" -según nos cuentan una filial de PORSAN del empresario local Miguel Portales- quien se encargó de la urbanización de la finca. Le gustan los arroyos a Portales. Les saca todo el jugo. No hay más que ver lo que se ha hecho con el arroyo que bordea La Huertecilla. Se le ha encajonado con paredes de piedras y se han construido las calles como colgando del arroyo. ¿Y los metros legales de servidumbre?. Aquí la servidumbre la tienen los vecinos. Parece ser que el ayuntamiento NO RECEPCIONA la urbanización porque dice que no está terminada, y la promotora les ha repetido mil veces a los vecinos que "en los papeles no pone fecha de terminación", con lo cual prisa, lo que se dice prisa en acabar, tiene poca. Y con la crisis más bien ninguna, que van a acabar los promotores recogiendo caracolillos en los matojos de las pastillas constructivas sin vender. O sea, las de casi toda la urbanización.
Y hete aquí que las últimas lluvias han sacado a la luz algo que la promotora había escondido con esmero según los vecinos: un arroyuelo que bajaba del centro y moría en el arroyo principal. Al no colocar piedras de drenaje, el agua ha horadado el subsuelo y al final todo se ha venido abajo como se aprecia en las impresionantes fotografías. La historia se repite. Arroyo, mala construcción, colapso y hundimiento. Mismo "modus operandi", mismos resultados: el desastre, ya sea en la Feria ó en La Huertecilla.
Este barrio está tal olvidado, que por no tener no tienen teléfono fijo ni internet: Telefónica les quiere cobrar un pico por hacerles llegar la línea al interior de la urbanización, osea, diez metros de cable porque las líneas bordean la urbanización. Incomprensible.
Joaquín Villanova no se ha dignado a acercarse a ver a estos vecinos, a pesar de que ellos confiaron en su palabra dada de que todo iba a arreglarse. Mentirosillo que es nuestro alcalde.