Joaquín Villanova habría querido una ceremonia con gran boato y protocolo barroco, pero Don Reinaldo le dijo que no

Santísimo Cristo Yacente: ¿Gritos alcaldables en la Iglesia de San Sebastián?

Hoy viernes 6 de noviembre se va a bendecir “en un acto solemne y discreto”, como no dejan de repetir desde los medios digitales, la imagen del nuevo Cristo Yacente en la Iglesia de San Sebastián. Será esta tarde después de una misa prevista para las 19,30. Yo no podré ir. Estoy “enchufado”. Pero invito a todos a asistir.

Tras leer tres veces la misma cantinela, “en una ceremonia escueta”, se me levantó la antena: ¿Una ceremonia escueta, minimalista, para la obra póstuma, el Valle de los Caídos particular, un suponer, de don Villanova?. ¡Imposible!, me dije meneando la cabeza. Don Villanova no se toma la molestia de gastarse un dineral (no se sabe cuánto ha costado la obra) en una imagen que nadie había pedido, que se la han metido a las demás cofradías vía subvenciones de la Fundación y que la Iglesia ha tardado meses en “recepcionar”, palabra ahora tan en boga. No me cuadraba en este Joaquín faraónico, que quiere pasar a la posteridad aparte de por el “picudo” importado, por sus grandes empresas “p´al pueblo”. Aunque el pueblo sea un desagradecido y él un incomprendido.

Comencé a indagar sobre la “sencilla ceremonia” y me llegó una información según la cual, el alcalde Joaquín Villanova habría llegado a la Iglesia de San Sebastián la otra tarde para comentar con el párroco el protocolo a seguir en la ceremonia de bendición de la nueva imagen. Don Villanova solicitaba una ceremonia importante, como era su estatua, con gran boato y poderío, con abundantes curas, diáconos, subdiáconos y otros cargos eclesiásticos, políticos y civiles. Todo Alhaurín y parte del extranjero. Su imagen se lo merecía y él también.

Pero hete aquí que don Reinaldo, así de chiquitín y con esa vocecilla de poquita cosa, le dijo, con una autoridad que rebotó en las pareces de la Iglesia ampliándose mil veces, un sonoro y rotundo… ¡NO!. En su Iglesia mandaba él y de boato, el justito.

Dicen que hasta las imágenes se metieron debajo de sus peanas y alguna hasta perdió el policromado de la sudadera y el susto que tenían por las voces que pegaba nuestro alcalde allí mismo en en interior de la Iglesia. Ya saben cómo es él: abundante, vehemente… no se le pone delante nadie y menos el simple párroco de SU pueblo.

No se ponen de acuerdo las fuentes en cuánto duró el rifirrafe ni si allí se dijeron palabras mayores, menores ó circunstanciales. El caso es que, esta tarde, la ceremonia va a ser “solemne y discreta" uséase como quiere don Reinaldo, y don Villanova se tendrá que quedar en lo justito.

Mucho empeño ha puesto nuestro alcalde en una imagen que nadie había pedido, la Iglesia ha tardado meses en recepcionar y que ahora no tiene ni Cofradía ni cofrades. Esto es la repera: comenzar la casa por el tejado. No fue bastante con la Pollinica, invento de nuevo cuño (que salió bien afortunadamente), que ahora hay que montar una nueva Cofradía que tendrá que pelear con las demás por sus cofrades y los dineros de la Fundación de don Bravo..

No soy muy creyente que digamos, pero si hay que apuntarse para nuevo cofrade, yo me apunto. Con lo que le ha costado al Santísimo Cristo Yacente colocarse en el altar de la Iglesia, ¡no vamos a dejarlo sólo ahora!. Apúntame, José Manuel.