La noche del viernes 7de octubre -en una cena de dirigentes populares malagueños en plena Convención Nacional del PP- apearon a Joaquín Villanova de la lista del Senado para cambiarlo por el alcalde de Málaga Paco De la Torre

"La conjura de la Alcazaba"

Joaquín Villanova no será finalmente senador

   La noche del viernes 7 de octubre la vida de Joaquín Villanova dió un importante vuelco en las dos vertientes de persona y de personaje, de particular y de político. Él se encontraba en un acto cultural en Alhaurín de la Torre, cuando recibió un telefonazo que le hizo tragar saliva. El interlocutor le anunciaba que en ese mismo momento y en el Resturante La Alcazaba  se estaba cociendo a fuego rápido, que no lento, su eliminación de la lista de candidatos al Senado. Lista por la provincia de Málaga en las próximas Elecciones Generales del 20 N. La "terna" que el presidente provincial del Partido Popular Elías Bendodo había bendecido con total seguridad, incluía a Joaquín Ramírez (ex-presidente provincial del PP y actual senador, que repetiría cargo),  Joaquín Villanova (que ya fué senador hace un par de legislaturas y ahora volvía de nuevo a ser aspirante) y una mujer cuya identidad aún estaba por determinar, pues eran varias las candidatas que optaban a la lista electoral. Dos hombres y una mujer, con muchas posibilidades de obtener, los tres, acta de senador por Málaga...

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  Y en aquella cena del Restaurante La Alcazaba, en la que estaban presentes los 50 personajes "más importantes" de la provincia de Málaga, se movieron fichas con una rapidez prodigiosa, aprovechando que tenían allí a Rajoy y Arenas en la misma mesa. Paco De la Torre solicitó formalmente su inclusión en la terna de futuribles al Senado... y nadie se atrevió a negárselo. Arenas dió su bendición y Bendodo no tuvo más remedio que asentir. Donde manda patrón, no manda marinero. Y Joaquín Villanova se cayó de la lista en ese instante. No estaba allí, pero tampoco hubiera servido de nada su presencia. La suerte estaba echada.
   Por mucho que intentó Joaquín el sábado por la mañana (día del cierre de la Convención de los Populares) reconducir el tema, nada pudo hacer más que constatar lo inevitable. Sus propios compañeros de partido lo habían apuñalado cual Bruto con su padre César. Joaquín disimulaba, sonreía, afirmaba que se debía al PP y que obedecería las órdenes del Partido cuales fueran, pero la verdad es que estaba "tocado del ala". Políticamente herido y personalmente dolido. No pudo con Paco De la Torre. Paco De la Torre es mucho Paco. Aporta muchos votos. Muchos más que Joaquín Villanova. Y se comió con patatas a nuestro alcalde... Pez grande se come al chico. Ya se sabe.
   ¿Pero Paco De la Torre no había defendido durante años la teoría de un hombre un cargo?.  Pues así es. Pero entonces, ¿por qué ahora donde dije digo digo Diego, quiere compatibilizar su cargo de alcalde de una ciudad populosa como Málaga con el escaño del Senado?. Hay que tener en cuenta que Paco De la Torre es íntimo enemigo político (hay quien dice que incluso personal) de Joaquín Ramírez, actual senador popular por Málaga, a cuya vera se tendrá que sentar en el Senado si no colocan a la representante femenina en medio de los dos. Joaquín Ramírez es íntimo amigo del alcalde Villanova y el lector se puede imaginar el jarro de agua fría que supuso para él la eliminación de Joaquín como futurible. Cuatro años por delante, con su enemigo al lado durante cuatro días a la semana, no es lo mismo que cuatro años con su amigo del alma Villanova cuatro días a la semana en el Madrid de los Austrias...
   ¿Por qué tanto interés en ir a Madrid como senadores?. Pues hay quien ve una razón puramente económica. Pero en el caso de De la Torre podría ser una razón con escaso sentido: de familia adinerada él y su mujer, De la Torre no necesitaría moverse de Málaga porque no necesitaría aumentar su nómina para llegar a fin de mes. No le hace falta. En el caso de Joaquín Villanova, aunque las malas lenguas siempre le han atribuído -aunque nunca lo demostraran- un importante patrimonio, dicen que unas desafortunadas inversiones y gastos familiares importantes harían que compatibilizar los cargos de alcalde y senador le arreglaran un tanto el bolsillo. Naturalmente él afirma que lo hace por su pueblo, que lo había pedido expresamente para traer de Madrid recursos e inversiones para Alhaurín de la Torre como ya hizo anteriormente cuando fué senador por Málaga. Y que al perecer antes nadie quería ir a Madrid y tuvo que ir él. Pero ahora con todo el espectro político nacional, autonómico, provincial y local, del Partido Popular, todos se apuntan a carro. Dicen que Villanova acatará la decisión, pero que comprenderla no la comprende.
   Otros ven en estos movimientos más bien una cuestión meramente sucesoria en ambos casos. Paco de la Torre podría dejar la alcaldía de Málaga después de las Elecciones Andaluzas y marchar a Madrid a tiempo total dejando como sucesor a un supuesto delfín que ahora se estaría preparando, y que tendría hasta el 2015 para trabajarse las próximas municipales... Tiene sentido. Pero También decían eso de Joaquín. Él mismo declaró en una entrevista al que esto escribe durante la última campaña electoral, que si la Ciudad Aeroportuaria no se podía llevar a cabo en ésta legislatura a causa de la crisis, se iba a aburrir en Alhaurín como una ostra: su hiperactividad no le permitía quedarse en Alhaurín en labores de "mantenimiento" del pueblo,  con 80 obras donde antes había 220... Por lo tanto se iba Madrid de senador como estaba previsto. Previsto, hasta que el vienes negro y fatídico de "la conjura de La Alcazaba" sus compañeros le cortaron las alas y las aspiraciones de la mano de Paco de la Torre y Javier Arenas. Adiós, Senado, adiós. 
   Y lo que nunca dijo Joaquín, pero muchos lo intuyen, es que esta podría ser sido su última legislatura como alcalde. A Villanova quizás le gustaría retirarse a vivir su vejez en paz en su pueblo en 2015, rozando entonces los sesenta años y con la Ciudad Aeroportuaria encarrilada. 

Buenas previsiones personales, si los tribunales de Justicia le dejan, claro está...

Juan Carlos Sanz de Ayala